Fernando Alonso tuvo en sus manos cambiar el curso de la historia de la Fórmula Uno en noviembre de 2007 y la suya propia. Una vez conseguida la carta de libertad de McLaren tuvo la oportunidad de fichar por Red Bull. Tras semanas de negociaciones, con reunión incluída en Madrid entre Mateschitz, Berger y García-Abad, el asturiano optó por regresar al entorno familiar, Renault, el equipo donde logró en 2005 y 2006 sus dos títulos mundiales.
El 2 de noviembre de 2007 la escudería McLaren y su piloto estrella Fernando Alonso
anunciaban la rescisión de un contrato que les unía hasta finales de
2009. Era el final a una relación de un año en la que el asturiano se
sintió engañado por Ron Dennis y menospreciado respecto al teórico segundo piloto, Lewis Hamilton.
La relación degeneró hasta el punto de renunciar a los dos años
pactados. Sólo había una condición: hasta ese final de 2009 del contrato
suscrito, Alonso no podía subirse a un Ferrari, el sueño del asturiano.
Bloqueada su entrada a Maranello
y descontando los equipos que ya habían anunciado públicamente sus
alineaciones para 2008 y los que no tenían suficiente nivel deportivo,
las ofertas más interesantes sobre la mesa fueron las de Red Bull, Toyota y Renault.
Red Bull estaba en los inicios de construir el imperio deportivo que luego ha disfrutado Sebastian Vettel.
Además de mucho dinero y motores Renault pata negra, contaban con un
equipo de ingenieros de lujo liderados por el mago Adrian Newey, ex jefe
de diseño de McLaren y Williams. Alonso tenía incluso amigos
procedentes de Renault, como Paul Monagham, su ex ingeniero de pista. Y
para redondear el 'dream team' tantearon incluso a Ross Brawn, que
entonces disfrutaba de año sabático de su puesto como director técnico
de Ferrari, asociación que no llegó tampoco a cuajar.
Red Bull lo
tenía todo estudiado. Aunque el escocés David Coulthard y el
australiano Mark Webber contaban con un año más de contrato, el primero
dejaría su volante al asturiano y cumpliría el año firmado en Toro
Rosso, el equipo satélite de los austríacos.
Dietrich Mateschitz, el propietario de Red Bull y Toro Rosso,
apretó públicamente: "Le queremos, pero como mínimo para dos años y con
opción a un tercero. Por lo que he oído, Alonso está hablando con otros
equipos de un contrato de un año. Para nosotros, este aspecto es
incuestionable. Preferimos esperar y construir un coche capaz de atraer a
los grandes pilotos del paddock en 2009".
Flavio Briatore, juez, como mánager de Alonso,
y parte, como jefe del equipo Renault, acabó dirigiendo a su piloto de
vuelta a casa, donde era estimado, valorado y además con ofertón
económico por dos años. "Hice un proyecto de futuro incluyendo a Fernando. Si sus deseos coinciden con los nuestros, será posible", manifestó.
Fernando
dijo decantarse por el equipo "donde crecí", por "su compromiso con el
deporte y su sólida trayectoria". Prefirió lo 'malo' conocido a lo bueno
por conocer, pero trampolín perfecto para luego fichar por Ferrari. No
tuvo una bola de cristal que le indicara que Red Bull era la opción
buena. Y ahora pena por ello
No hay comentarios:
Publicar un comentario